Amy, dulce criatura, parece que seguís con la costumbre de revisarle la PC a Pablo y a dirigir tus dudas a mí, cual si yo fuera una versión personalizada de Yahoo respuestas. Esta vez mi consejo es que te sientes a esperar mi contestación tranquiliiita, en un lugar cómodo y con algo interesante para hacer. Podría llegar a pasar toda una vida mientras tanto.
Me siento muy bien ignorándola :-). Decido mandar el mail a la papelera y dar el asunto por terminado, cuando veo que hay un segundo mensaje. ¿Pero… qué más quiere?
Amanda:
I have decided I do not need to know.
I am sorry I bothered you. Thank you and good luck with everything!
Amy
Amanda:
Decidí que no necesito saberlo.
Lamento haberte molestado. Gracias y suerte.
Amy
Ahora no sé que hacer. Si no le contesto, va a pensar que sus deseos son órdenes para mí y la idea me molesta. Por otra parte, si le respondo que no quiero saber nada más de ellos y que no me escriba más, ¿no es seguir metida en lo mismo? Supongo que lo mejor sería ignorarla de acá en adelante. Seguramente si yo fuera Realmente Piola y Superada sería lo mejor, pero me da bronca que se considere con derecho a preguntarme, después a decirme que no… como si yo fuera su amiguita del alma.
Le contesto / No le contesto…
Le contesto / No le contesto…
Le contesto / No le contesto…
Le contesto / No le contesto…
Le contesto / No le contesto…
Le contesto / No le contesto…
Tratando de decidirme, vuelvo a abrir el primer mail para leerlo con más atención. De repente, entiendo todo. Al pie del mensaje viene un archivo adjunto, que no había visto la primera vez. Ahí estaba el archivo del que me hablaba todo el tiempo. Al final, Amy no estaba loca. Corrijo, no estaba TAN loca.
Abro el pdf para ver de qué se trata y … OHHHHHHHHHH. Como me dijo, es un cómic. No sé si japonés o qué, porque los diálogos están en inglés. De todos modos, no me detengo a leerlos. No son necesarios para entender todas las imágenes de dos hombres, haciendo «cositas» entre ellos… muy pornográficas, extremadamente explícitas y muy impactantes cuando se abren sin previo aviso.
No tengo nada en contra de la pornografía, pero siempre que sea la que yo elijo y cuando yo quiero. En este momento, me desagrada profundamente la profusión de fellatios, eyaculaciones y onomatopeyas de coito anal que se despliegan en mi monitor. Amy, esta vez te pasaste.
Amy:
No deseo mantener ningún tipo de contacto con ustedes.
Te agradecería que no vuelvas a escribirme, ni en tu nombre ni en el de Pablo.
Amanda Stein
Después de mandar el mail, me empiezo a reir. Por experiencia propia, sé que Pablo tiene cara de cemento, ¡qué digo, de diamante!, pero no puedo creer que alguien pueda sostener que ESE cómic porno gay lo bajó para hacer un análisis intelectual de la literatura japonesa. Cuando más lo pienso más gracia me causa. Me resulta irresistiblemente cómico pensar en Pablo diciéndole: «Honey, solo lo bajé para conversar con Amanda sobre estilos literarios» Y encima a Amy, dudando…
Aprovecho para aclarar algo que ya supondrán. Pablo jamás me mostró ese cómic y si lo hubiera hecho con la más mínima pretensión intelectual, me hubiera muerto de risa. Digamos que no hay mucho para analizar. Todo el contenido está a la vista 😛
Cuando vuelvo a conectarme, ¡otro mail de Amy!
Asunto: Apology
I am very sorry I contacted you Amanda. Please forgive me, I have not been well.
I wish you the best.
Amy
Asunto: Disculpas
Amanda, te pido disculpas por haberte contactado. Por favor, perdoname. No estuvo bien de mi parte.
Te deseo lo mejor.
Amy
¡Por favor! ¿Entendió lo que le dije? No quiero que me escriba más, ni para disculparse, ni para nada. Bueno, probablemente sea de las mías ;-), las que no soportamos no quedarnos con la última palabra.
Porque quiero creer que estas van a ser sus últimas palabras.
-34.608418
-58.373161